Hoy analizamos cómo se integran superdotados y autistas en el entorno laboral, qué diferencias existen con las personas neurotípicas y te ayudamos a crear un ambiente respetuoso, inclusivo y productivo.
La ayuda psicológica es fundamental en estos casos para que todas las partes implicadas logren comprenderse y empatizar, además de encontrar estrategias laborales que permitan un trabajo fluido y agradable.
Comprendiendo los distintos perfiles
En muchas ocasiones es habitual que se dé un autismo de alto funcionamiento (Asperger) con altas capacidades, pero para comprenderlo desde una perspectiva más sencilla:
1.- Personas superdotadas
- Cognitivo: aprenden rápido, pero de una manera diferente porque tienen un pensamiento muy profundo con un alto nivel de análisis. Esto puede hacer que se aburran rápido de las tareas rutinarias y necesiten desafíos intelectuales.
- Emocional: experimentan emociones muy intensas, reaccionando apasionadamente ante críticas o conflictos. Al neurotípico puede parecerle desproporcionado, pero el neurodivergente es así como lo experimenta.
- Comunicación: pueden valorar explicaciones lógicas y detalladas, pero también necesitan expresar su creatividad y pensamiento divergente.
2.- Personas autistas
- Procesamiento sensorial y social: presentan diferencias en la forma de procesar la información sensorial y en su manera de interrelacionarse. Suelen necesitar rutinas y estructura y entornos con menos estímulos sensoriales.
- Comunicación: valoran la comunicación clara y directa, sin ambigüedades o dobles sentidos.
- Fortalezas: muchas personas autistas aportan gran atención al detalle, tienen capacidad de concentración y un alto nivel de especialización en áreas concretas de su interés.
Diferencia con las personas neurotípicas
Las personas neurotípicas se adaptan de manera natural a las dinámicas y normas sociales convencionales. Los superdotadas y las autistas en el entorno laboral necesitan:
- Espacios y tiempos personalizados, pues necesitan gestionar la sobrecarga sensorial y emocional que experimentan. Esto les sirve para aprovechar los momentos de alta concentración.
- Flexibilidad en las tareas, enfocándose en aquellas que estimulan sus intereses particulares o su intelecto.
- Comunicación diferenciada en la que se valore la lógica, la claridad y la transparencia.
Consejos para líderes y jefes
1.- Crea un entorno inclusivo
- Permite horarios flexibles, espacios con menos distracciones o la posibilidad de alternar tareas rutinarias con desafíos intelectuales.
- Impulsa programas formativos que ayuden al resto de miembros de la empresa a comprender y valorar la diversidad.
- Ofrece sugerencias claras de mejora, evita siempre las generalizaciones, pueden resultar contraproducentes.
2.- Fomenta una comunicación clara
- Utiliza un lenguaje directo y claro, evita ambigüedades. Los mensajes poco preciosos resultan muy confusos para estas personas.
- Organiza reuniones en las que plantear dudas y explicar los objetivos laborales de manera detallada.
3.- Gestiona correctamente conflictos y tensiones
- Las personas superdotadas pueden reaccionar emocionalmente a críticas o desacuerdos, mientras que las personas autistas pueden necesitar más tiempo para procesar y responder. Ante conflictos o riñas, escucha a todas las partes involucradas.
- Si se produce una situación compleja, recurre a mediadores o profesionales de recursos humanos especializados en diversidad neurocognitiva para resolver los conflictos de manera justa.
- Permite pausas y zonas de “descompresión” donde esas personas puedan alejarse del entorno conflictivo para retomar más adelante la comunicación de manera calmada.
Consejos para compañeros
- Aprende cómo piensan y sienten las personas neurodivergentes para crear vínculos basados en la empatía, evitando malentendidos.
- Evita los prejuicios, no asumas que sus reacciones son “exageradas” o “frías” solo porque sean diferentes. Cada persona tiene su propia forma de interaccionar.
- Sé claro en las explicaciones, ofrece contexto y razones detrás de las decisiones para evitar confusiones.
- Si hay discrepancia, expresa tu opinión de manera asertiva y con ejemplos concretos, sin generalizaciones.
- Ten paciencia, en muchas ocasiones las personas neurodivergentes necesitan más tiempo para procesar los mensajes y adaptarse a los cambios.
El mundo no está hecho para los neurodivergentes, que tienen que tratar de adaptarse constantemente a un espacio en el que no encajan. Integrar adecuadamente a superdotados y autistas en el entorno laboral convencional es una oportunidad para enriquecer el ambiente de trabajo. Todos pueden beneficiarse de un entorno donde se valore la claridad, se fomente el diálogo y se adapten las condiciones.